Memorias de Purranque en el 112 Aniversario de la Fundación

Harald Neumann Appel relata la historia familiar y vecinal en los albores de la ciudad.

«Mi padre se vino a Purranque con una yunta de bueyes, una carreta, ocho vacas, un torito y un caballo. Además, su cama y algunos aperos. Primero construyó una casa chica al lado de un estero; el mismo estero que años más tarde dotó de agua a la industria Dos Álamos».

Harald Neumann es el último hijo vivo del matrimonio de Otto Neumann Gilla con Frida Appel Sandrock. De aquella unión nacieron sus hermanos Ottmar y Ludolfo; ambos ya fallecidos. Don Otto antes había enviudado y tenía otros dos hijos: Marfa y Roger. Los cinco hermanos crecieron felices en la misma casa.

Cuenta que su padre nació en Quebrada Honda – Frutillar, en una chacra que perteneció a sus abuelos, y que, con el tiempo, se hizo chica en el reparto del grupo familiar. Es por eso que se decidió por Purranque y compró setenta hectáreas. Más adelante, como iba ahorrando, compró otros terrenos a las familias Cofré, Martínez y Burgos.

Don Otto Neumann y señora Frida Appel en Purranque en el año 1970.

LOS PRIMEROS AÑOS EN LA ZONA

El esforzado agricultor fue uno de los pioneros de origen alemán que se instaló a vivir en las proximidades de la incipiente ciudad, antes de que llegara el ferrocarril: «Calculo que mi papá llegó en el año 1909, pues el tren comenzó a correr en el año 1912», dice.

«Había mucha madera de laurel en el campo de mi padre, la que fue explotada para transportarla a la estación de Purranque, mediante un sistema de carros tirados por bueyes que se llamaba ‘madero carril’. Este consistía en un carro montado sobre rieles, que llegaban hasta la misma estación de trenes, pasando por pampas y sitios. Deben haber sido unos cuatro kilómetros».

LA VIDA FAMILIAR

Don Harald tiene un entrañable recuerdo de su madre, Frida Appel, oriunda de Centinela, Puerto Octay, a quien su padre conoció en Osorno después de enviudar. Allí, ella trabajaba en la Importadora Carstens, como cajera y en la contabilidad. Hoy la tienda Carstens ya no existe, y es el edificio de la esquina de la tienda Embajadores.

«Mi mamá, Frida, anotaba todas las fechas y sucesos importantes en una libreta y leía mucho. Después que los niños se iban a dormir, ella leía hasta las dos de la mañana a la luz de una vela, ya que no teníamos luz eléctrica; a las 7 ya estaba en pie. Esa era su rutina de lectura de todos los días, y tenía una biblioteca con libros de historia y medicina». Los libros de medicina a que se refiere eran del creador de la Hidroterapia, monseñor Sebastián Kneipp, y de su discípulo, el sacerdote capuchino alemán Tadeo Wiesent, quien vivió en San José de La Mariquina y Río Bueno, y fue el que difundió el naturismo en Chile. «En esos libros en alemán, mi madre aprendió a sanar heridas con la semilla de pasto dulce hervida. Recuerdo que sanó a un primo y a un trabajador nuestro».

LOS BENEFACTORES Y LOS PRIMEROS PROGRESOS

En la conversación, se acuerda de personajes de la historia de Purranque, como del fundador Tomás Burgos, amigo muy apreciado por su padre, y también del primer alcalde, Emilio Held: «Conocí a don Emilio, quien era un hombre de mucho sacrificio, cuando era regidor por Purranque en Río Negro, antes de que Purranque fuera comuna. Don Emilio se iba a caballo por caminos que eran puro barro a las reuniones municipales de Río Negro. Todo lo hacía ad honorem, por amor a la Patria».

Harald Neumann Appel es Voluntario Insigne del Cuerpo de Bomberos de Llanquihue.

Respecto a los primeros adelantos dice: «Las calles de Purranque se arreglaron con ripio traído desde Pellines, un lugar al sur de Frutillar. Ferrocarriles vendía ripio, pues allí había una mina de lastre y lo cargaba al tren una máquina que tenía un motor a vapor y que funcionaba con carbón. Este ripio lo compraba la Municipalidad de Purranque, y con eso mejoraron las calles del pueblo. Anteriormente, las calles tenían tablones de madera y pasarelas que les llamaban “embaralao».

«En el edificio de la Cruz Roja se hicieron las primeras reuniones para recolectar plata para hacer el Hospital de Purranque; yo estuve allí presente. En ese tiempo era alcalde Orlando Montecino. Se hacían remates de animales en la Feria de Purranque con animales donados, cuya plata era para construir el hospital. Después, se hicieron todos los años las famosas Kermesses en la bodega de don Irineo Oyarzún; que tenía como tres pisos, allí había música y baile, todo con la finalidad de construir el hospital, hasta que fue inaugurado».

«Purranque era conocido por la Feria de Animales, esta era grande y concurrida. Igualmente se sembraba mucho trigo, que en gran parte era traído en carretas desde Crucero a la bodega de Schilling & Hermanos, situada donde después se instaló la Cooperativa Agrícola Purranque – CAP; hoy Comercial Climent».

ANÉCDOTAS

Uno de los episodios pintorescos que relata don Harald se relaciona con la celebración de las Fiestas Patrias. «En Purranque, siendo un pueblo tan chico, había tantas ramadas a la orilla de la plaza. Llegaban trabajadores que estaban haciendo caminos; los que después de tomar, se ponían a pelear y armaban muchas riñas. En el pueblo había solo tres carabineros. A los peleadores, los amarraban con unas correas en las muñecas, y los llevaban tirando con el caballo para meterlos al calabozo. En ese tiempo, se vendía pura chicha de manzana de la quinta de la familia Rosas y de la arboleda de mi papá».

LOS HERMANOS

«Mi hermano Ottmar fue presidente de la Sociedad Hospital Purranque, presidente de la Cooperativa Agrícola e integró varias instituciones benéficas. Mi hermano Ludolfo igual integró instituciones de beneficencia y creó el actual Colegio Inglés. Mi hermano Roger tuvo una tienda y Marfa se casó, pero no tuvo descendencia».

Al final de la conversación, don Harald cuenta que nació en Purranque en el año 1924. Estudió los primeros años en Llanquihue. Allí vivió en la casa de sus abuelos durante la crisis económica del año 1933, y posteriormente estudió en el Colegio Alemán y en el Liceo de Hombres de Osorno. Hizo su Servicio Militar en el Regimiento Arauco de Osorno en el año 1942. Vivió en Purranque hasta el año 1948. Contrajo matrimonio con Ruth Werner Hornig y es padre de tres hijos. Actualmente vive en Llanquihue y es Voluntario Insigne del Cuerpo de Bomberos, por más de 50 años de servicio, siendo el bombero más antiguo. En mayo cumplirá 99 años, y es el último hijo vivo del recordado agricultor Otto Neumann.

La memoria que para muchos se desvanece con la velocidad del presente, permanece arraigada en don Harald, manteniéndolo unido a su tierra natal.

VBS.

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